sábado, 23 de julio de 2011

La muerte del tío Hans


El conde de Leipzig cuenta esta curiosa experiencia: "Mi tía, la princesa de Tarento, me contó que en la Haya, en el día y la hora que moría su tío Hans, alguien la agarró fuertemente cuando se paseaba por un bosque. Ella lanzó un grito, pues no había por allí ninguna persona que pudiera haberla tocado. Se examinó el brazo y vio marcadas las huellas de la presión de los cuatros dedos y el pulgar de una mano. La princesa se dijo entonces: '¡Mi tío Hans ha muerto, pues me había prometido formalmente que se despediría de mi!'.
Este es uno de los tantos ejemplos que hay sobre marcas físicas que dejan algunos espíritus en las personas con las que hacen contacto.

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