Se cuenta que las obras de Amadio tenían muy poca atracción entre el público y nadie compraba sus cuadros.
Después, continua la leyenda, hizo un pacto con el diablo para que la racha negativa de sus cuadros cambiara pero, a cambio, el diablo también obtendría su recompensa, pero no le dijo cual.Tras esto, Amadio, confiado, volvió a crear cuadros, haciendo así los denominados “niños llorones”: cuadros que representan a niños y niñas de muy corta edad llorando y con un gesto entre lo lindo y lo tétrico.
Sin dejar huella, Amadio desapareció del panorama y nunca más se supo de él.Es entonces cuando Satanás reclama la venganza, cumpliendo así su pacto con el pintor.
En algunos de ellos, la casa en donde se encuentran se destroza como consecuencia de un incendio, pero el cuadro sale intacto y sin un rasguño.
También, sus propietarios dicen haber sufrido fenómenos paranormales en sus casas e incluso muchos de ellos han grabado psicofonías en sus casas, concretamente, debajo del cuadro del niño llorón.
Lo más tenebroso es que la voz que se graba corresponde a un niño, quién sabe, si al niño del cuadro.
Es por esto que parece que los cuadros de este extraño pintor parecen atraer a la mala suerte:
Muertes trágicas de parientes de los propietarios, incendios, fenómenos extraños, psicofonías y miedo, mucho miedo.
Satanás parece estar cumpliendo el pacto llevado a cabo con el pintor hace más de 100 años. Esperemos que lo acabe pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario